¡Se acerca el día!

Efesios 4:11-13

Y Él dio: a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, con miras al equipamiento de los santos para la obra del servicio, para la edificación del cuerpo de CRISTO, hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento pleno del Hijo de DIOS, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de CRISTO.

La iglesia fue diseñada esencialmente para ser operada desde un ámbito profético. No hay forma en que ésta pueda cumplir y alcanzar sus objetivos sin una apertura y entrenamiento a la "Voz de Dios".

Desde el Antiguo Pacto hasta el Nuevo, es evidente que de todos los dones ministeriales, éste es el que mas requiere mas entrenamiento y formación para funcionar adecuadamente.

Profetizar en el entorno del Nuevo Testamento es básicamente "hablar por inspiración del Espíritu". Todo lo que debe acontecer en la Iglesia, debe proceder de esa fuente. Podemos decir entonces que la Iglesia es esencialmente profética en su naturaleza y en su función.

Sin embargo, aparte de esta función normal, la iglesia tiene operaciones proféticas; es decir, funciones proféticas que operan como dones y como ministerio. Ambos aspectos, son fundamentales para el funcionamiento normal de la Iglesia.

Dios es el que ha puesto dones y ministerios proféticos, sin embargo, muchas veces estos dones requieren ser activados y desarrollados a través de protocolos proféticos. Frecuentemente, por falta de madurez, estas funciones dañan el Cuerpo y son rechazadas. Cuando se produce este rechazo al ministerio profético, se provoca una gran perdida.

Esta escuela, busca activar, exponer y enseñar como producir un entorno profético "sano" y responsable. Nos advierte de los peligros mas frecuentes y busca despertar en sus santos, un deseo honesto por la edificación del Espíritu.